*** “El cambio
del Gabinete Económico y de la presidencia del Banco Central de Venezuela,
lucen más como medidas con fines ideológicos y estratégicos para decisiones
atadas al avance de la estatización de la economía,…”
Consejo Nacional del Comercio y los Servicios |
Caracas, 25 de enero de 2017 (especial) .- Consecomercio, Consejo Nacional del Comercio y los Servicios, fijó
posición en materia inflacionaria. Considera que la hiperinflación, la
inseguridad y el desempleo son tan perniciosos individualmente que, unidos,
constituyen el gran reto venezolano a ser
contrarrestado con urgencia por el Gobierno, la oposición, los
empresarios, el sindicalismo y la propia sociedad civil organizada.
La dirigencia
empresarial sectorial le atribuye a dicha combinación la relación que provocó
los resultados del 2016 con una
inflación extraoficial superior al 700%, más de 28.000 venezolanos fallecidos
por la expansión de la violencia y una tasa de desempleo que pudiera estar
sobre el 12%, de la fuerza laboral en condiciones productivas. Todo sin olvidar
el sostenimiento recesivo de la economía y que se traduce en el peor de los
escenarios: una situación de verdadera estanflación.
Refiero sobre el
Comercio y los Servicios expresando que la caída de las ventas el año pasado
aún no ha sido cuantificada, porque cada área de trabajo y ubicación regional
de las empresas tiene sus propias características. Pero lo cierto es que ello
obedeció precisamente al comportamiento inflacionario, la incidencia de la inseguridad
y la destrucción de los ingresos familiares.
Consecomercio se
halla preocupado por la forma como el Gobierno, responsable de atacar las causas de esos
graves problemas, insiste en no actuar acorde con lo que le exige dicha
realidad. La subestima, la trata de minimizar y, a la vez, propicia situaciones
que tienden a fortalecerla.
Es un recurso
aislado para mantener el control de cambio y justificar su rigidez, a la vez
que favorece la centralización administrativa del rentismo petrolero y la
exclusión del sector productivo privado, indistintamente de su área: agrícola,
pecuaria, industria, comercio y servicios.
Comenta el sector
que el cambio del Gabinete Económico y de la presidencia del Banco Central de
Venezuela, lucen más como medidas con fines ideológicos y estratégicos para
decisiones atadas al avance de la estatización de la economía, antes que a la
urgente necesidad de fortalecer la producción nacional, generar empleos y liberar a los consumidores de la obligación
de seguir haciendo colas para adquirir bienes.
Con el
abastecimiento de bienes importados, principalmente alimentos, se ha tratado de
hacer caer la inflación y de evitar precisamente las colas. Pero los altos
precios de los productos son calificados por los propios consumidores de
bachaquerismo industrial, y de
componente destructivo de la producción nacional, como de la distribución
comercial formal.
Consecomercio
insiste en que hay que atacar las causas del evidente colapso que exhibe la
economía nacional, y cuyas consecuencias están reflejadas en un proceso
inflacionario que lo estimula el desorden fiscal y monetario del país, la caída
de la producción y de la productividad, la progresiva desaparición de pequeñas
y medianas empresas, como la inevitable expansión de la violencia./Cortesía de la Dirección de Prensa Consecomercio.
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