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CONOCIENDO NUESTRAS RAICES


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REFLEXIÓN II.- Interesante ponencia del antropólogo Pedro Rivas quien, como facilitador,  nos deleitó con una presentación de las ciencias interdisciplinarias que determinan el establecimiento de los distintos grupos étnicos y su trashumancia en de la tierra Abiayala, llamada América y en particular el caso del poblamiento de Venezuela.
Rivas ofreció un panorama de intercambio creador de todos los pueblos de esta tierra madre mediante la revisión de conceptos básicos como la Etnohistoria considerada como de gran importancia para el reconocimiento de nuestra propia historia, especialmente el poblacionalmente de Venezuela, la etnografía antigua, historia indígena, historia mítica, etnohistoria amerindia y etnohistoria.
Su disertación nos remontó al poblamiento del territorio por las migraciones amerindias demostrables con evidencias arqueológicas  en la que queda al descubierto, por lo menos para aquellos que participamos del Seminario sobre los pueblos originarios, una apertura al conocimiento de Venezuela y su gente, cultura que se abre ante nuestra visión como una caja de pandora que al ser por fin develada nos presenta una Venezuela ancestral con la confluencia de grupos humanos, los cuales por proceso de adaptación se asentaron a lo largo y nacho de América Latina y, quizás hasta más allá hasta donde se pierde el horizonte de nuestros antropólogos y paleontólogos e investigadores y donde se pierde nuestro enfoque mental pueda llegar (recordemos que no existían trazos divisionarios de cualquier territorio y continente alguno para el tiempo de los acontecimientos dados a conocer y que permitieron la mezcla de culturas y nuevas formas sociales  que de una y otra forma fueron el modelo  a otras poblaciones de territorios vecinos y viceversa. 
Fue placentero evocar elementos de los grandes periodos histórico-sociales que alguna vez recibimos en bachillerato, pero mucho más ampliado y actualizado en la que se explica, en un primer momento  la migración de población cazadora que penetró el territorio alrededor de unos 15 000 años a. C., y su posterior periodo como los recolectores. A colación traemos  el modelo relacionado con el análisis de la conformación y dispersión de las diferentes tradiciones y estilos cerámicos hasta los momentos que hacen aparición en distintos momentos cronológicos (Lilian 1997), en determinadas regiones naturales. (Capitulo 6, de dificultosa lectura)

Pero más satisfactorio  resultaron la puesta en escenas de nuevos hallazgos  sobre las evidencias arqueológicas sobre grupos de posible lengua Caribes; investigaciones realizadas por Alberta Zuchi, en la que explica el caso de las familias lingüísticas de Venezuela que perduraron por muchos años como fueron la Arawak y la Caribe. Los primeros pacíficos y los segundos sanguinarios y salvajes.
Zuchi devela la gran influencia que ha recibido el territorio con la extensión de los Arawak hacia distintos horizontes como las Antillas y en la que el despertar de nuestra historia cobra vida al ser considerado nuestro territorio  “centro de las principales ruta migratorias que se extiende a lo largo de las costas occidental de América y los caminos que siguieron los movimientos de población a lo largo del sector Oriental de Suramérica y las Antillas”, citado por Zuchi  p. 18-20. Tal dinámica nos deja claro la alfarería del momento por los grupos de lengua Caribe y en la que se da certeza de la posible área  ascentral de esta familia lingüística en la región de las Guayanas (venezolana-francesa- Surinam y Guyana).También se pone de manifiesto de acuerdo por lo presentado por Zuchi, la brillantez  de la cerámica Cauxi y la gente de este grupo.
El caso de los Baríes también resulta interesante porque podemos encontrar un trabajo destacado sobre el proceso de reducción del territorio colombo-venezolano perteneciente a esa etnia por la puesta en el tapete del auge petrolero.
En fin ponemos de manifiesto que la historia de poblamiento de Venezuela nos indica que es de larga data y no necesariamente comienza con la llegada de los españoles en el siglo XV. Asi pues la Abiayala presentada por el facilitador Rivas nos deja claro que se trata de una tierra de plena madurez o tierra de florecimiento, tierra madura en oposición al termino nuevo mundo dado a América tras la invasión española.
 Significa, además, tierra en plena madurez¨, o tierra en florecimiento, tierra madura, en oposición al término nuevo mundo dado tras la invasión española. El líder del pueblo Aymara, Takir Mamani, defiende el uso del término "Abya Yala" en las declaraciones oficiales de los organismos de gobierno de los pueblos indígenas, declarando que "colocar nombres foráneos a nuestras villas, ciudades y continentes es equivalente a someter nuestra identidad a la voluntad de nuestros invasores y sus herederos". Luego, el uso del término Abya Yala en lugar de Nuevo Mundo o América podría tener implicaciones ideológicas indicando apoyo a los derechos de los pueblos originarios.
No hay ninguna prueba histórica que compruebe ni tampoco que refute, que los Kuna de Panamá con el término Abya Yala, se referían a todo el continente, como tampoco el término América en un principio se refería al mismo, sino sólo a la porción sur del continente que se extendía hacia el norte que Américo Vespucio determinó. Probablemente se referían principalmente a sus tierras ancestrales o sea a lo que hoy es Panamá y Colombia, o probablemente se referían también, como Vespucio, a toda la parte sur del continente. Cuando, el geógrafo Américo Vespucio escribió sus cartas hacia Soderini, en Florencia, Américo había interpretado encontrarse en frente a un Nuevo Mundo para los europeos pero no para los nativos, un nuevo continente, refiriéndose a toda la masa de tierra que iba desde la Tierra del Fuego hacia América del Norte. Por esto en Holanda el geógrafo Martín Waldseemüller nombró el continente para los europeos América, o tierra de Américo.
América es el segundo continente más grande de la Tierra, después de Asia. Ocupa gran parte del hemisferio occidental del planeta. Se extiende desde el océano Glacial Ártico por el norte hasta las islas Diego Ramírez por el sur, en la confluencia de los océanos Atlántico y Pacífico, los cuales a su vez delimitan al continente por el este y el oeste, respectivamente.
Con una superficie de más de 43 316 000 km², es la segunda masa de tierra más grande del globo, cubriendo el 8,4 % de la superficie total del planeta y el 30,2 % de la tierra emergida, y además concentrando cerca del 12 % de la población humana. Las mayores aglomeraciones urbanas de América son Ciudad de México, Nueva York, São Paulo, Los Angeles y Buenos Aires.
Debido a su gran tamaño y sus características geográficas, en algunas culturas América se divide tradicionalmente en América del Norte, América Central, y América del Sur.4 Algunos geógrafos consideran a América Central como una subregión dentro de América del Norte. Atendiendo a sus características culturales, se distinguen América Anglosajona y América Latina.
América fue poblada desde el Asia oriental y evolucionó durante miles de años sin tener contacto con otros continentes, estableciéndose diversas culturas a lo largo de todo su territorio y generando sus propias revoluciones neolíticas. A partir de la llegada de los españoles en 1492, el continente estableció un intercambio social y ecológico significativo con Eurasia y África.
Hasta las últimas décadas predominaba la teoría del poblamiento tardío que sostiene que el ser humano llegó a América desde Siberia hace unos 12-14 mil años ingresando a través del Puente de Beringia durante las glaciaciones wurmienses. Sin embargo, más recientemente científicos de distintas áreas han cuestionado cada vez con mayores evidencias la teoría anterior dando forma a una nueva teoría del poblamiento temprano que sostiene no solo un poblamiento muy anterior (probablemente entre 20.000 y 50.000 años a. C.), sino la utilización de otras rutas alternativas a Beringia para ingresar desde Siberia,Mongolia17 e incluso otros lugares de origen.
En América se produjeron dos revoluciones neolíticas independientes en Mesoamérica alrededor del año 8000 a. C.,18 y en la región andina de Sudamérica en el 3500 a. C. Entre el 4000 y el 3000 a. C. se formaron los grandes grupos lingüísticos indoamericanos. 







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