Las cifras allí contenidas son la demostración más evidente de la profunda crisis en la que se
encuentra el sector salud venezolano y que, a su vez, son una expresión de la situación global
del país. Sin embargo, y a pesar de esa cruda realidad que reflejan los datos, cabe
preguntarse: ¿A qué se debe que hayan sido publicadas ahora, dentro del desastre por el que
atravesamos en estos momentos, dado que ellas hablan muy mal de la gestión del Gobierno
actual?
Dejemos pendiente una respuesta a esta pregunta y revisemos algunos de los datos más
impresionantes que figuran en ese boletín, así como otros detalles relacionados con la
credibilidad de los mismos y los errores que subyacen en algunos de ellos.
Lo primero que salta a la vista en el boletín epidemiológico número 52 de 2016, es el número
de muertes acumuladas en menores de un año: 11.466 en total, indicando un aumento del
30,12% respecto al año 2015. Además destaca el período neonatal como principal
componente de estas muertes, con un 53,9% de fallecimientos correspondientes a este
período (bebés en sus primeros 28 días de vida).
En el mismo boletín el número de muertes maternas registrado es de 756, reportando un
aumento de 65,79% respecto al año 2015. Estos datos revelan cifras alarmantes pues el
número de casos, en sí mismos, son signos de un grave deterioro en el cuidado y atención en
salud de las mujeres y niños, y requieren de una mesa de análisis de expertos en el tema para
que Venezuela pueda superar esta crisis de salud.
Esto lleva a la conclusión de que en Venezuela el deterioro de la calidad en la atención de
salud y de las condiciones del estado nutricional de las madres y sus recién nacidos ha sido la
causa principal para el aumento desmedido de estas muertes.
El mismo boletín del MPPS
asume que las causas de las muertes maternas incluyen: hemorragias, enfermedad
hipertensiva del embarazo e infecciosas, causas cuya prevención es totalmente posible hoy
en día.
Lo mismo ocurre con las causas de muerte durante el período neonatal, pues la enfermedad
de membrana hialina, la sepsis neonatal, las neumonías y la prematuridad pueden ser
abordadas con un excelente pronóstico con los debidos cuidados y atención hospitalaria.
Aquí es oportuno tratar de dar respuesta a la pregunta inicialmente formulada acerca del
momento histórico en que estas realidades salen a la luz pública, porque no se comprende
cómo el propio Gobierno, después de largos y varios “silencios epidemiológicos”, opta en
esta oportunidad por decirle a los venezolanos que nuestras madres y nuestros niños se
están muriendo mucho más que antes, cifras que además se suman a las muertes por
violencia que fueron más de 28.000 durante el año 2016. Y es así porque en el propio boletín
se comparan los años 2015 y 2016, siendo evidente, de acuerdo con estas cifras oficiales, que
hay un enorme ascenso de la mortalidad materna e infantil para el 2016.
Si esta información era considerada secreta antes, ¿porqué ahora no lo es? Es probable que
la respuesta tenga que ver -por un lado- con la presión tanto nacional como internacional
generada a partir de las necesidades extremas que debe enfrentar el venezolano de a pie, y
por otro con las fisuras internas que, frente al clamor popular por un cambio político,
aparecen al interior del Gobierno y que se expresan en disensos e incongruencias más
marcadas ahora que antes.
Pero la crisis no se agota con las madres y los niños. El crecimiento de la malaria ha hecho
que se decrete epidemia en la mayoría de los estados porque la aparición de nuevos casos ha
llegado a superar los 200.000 para el año 2016, tema que afecta, sobre todo, al sur y al
oriente del país. Lo propio ocurre con la difteria que supuestamente se había controlado y
otras enfermedades que afectan, sobre todo, a la población más joven.
Llama la atención que no se publican datos sobre desnutrición y mortalidad infantil por
desnutrición en este boletín, pero podría asumirse que buena parte de las muertes en
menores de un año tienen como base la profunda alteración del estado nutricional de la
madre y por consiguiente de su hijo.
Para nadie es secreto la escasez de nutrientes
adecuados y el difícil acceso a ellos por parte de la mayoría de los habitantes de este país.
ENCOVI 2016 reportó que 93% de los venezolanos no tiene suficientes ingresos para comprar
alimentos, convirtiéndonos en un país donde la mayoría de los venezolanos vive en hogares
con inseguridad alimentaria.
Por otra parte, la Encuesta Nacional de Hospitales 2017 pone de manifiesto la imposibilidad
en que se encuentran los establecimientos de salud para dar respuesta adecuada a la
creciente demanda de servicios que una situación de penuria como la que vivimos, desde
hace unos años en el sector salud, es capaz de generar: insuficiente e inadecuada
alimentación para los pacientes, deterioro de la infraestructura y de los equipos, y una
creciente escasez de personal calificado son algunos de los rasgos que caracterizan la
“atención” a los pacientes que demandan servicios en los establecimientos púbicos de salud.
El Gobierno no se ocupa de esto y ha hecho caso omiso al pronunciamiento de la crisis
humanitaria realizado por la Asamblea Nacional de Venezuela, a principios de 2016. Prefiere
gastar cientos de miles de dólares en artefactos para la represión de la protesta popular, la
cual ocasiona más daños a la salud de los civiles.
Por estas razones, la lucha por el derecho a la vida y a la salud es y ha sido, para el actual
Gobierno venezolano, profundamente incómoda y la difusión de información acerca de ello
ha sido muy difícil en los últimos años
Ahora esperamos que el MPPS publique los boletines epidemiológicos de 2017 pues, hasta la
fecha, no han divulgado los correspondientes a las primeras 18 semanas del año; también
esperamos que las Agencias Internacionales tomen en cuenta la información contenida en
estos boletines oficiales al momento de elaborar sus próximos informes, y dejen de omitir
información sobre la crisis de salud existente en Venezuela.
Recordamos, además, que la información actualizada y metodológicamente correcta es la
herramienta adecuada para planificar políticas públicas basadas en evidencias.
1. Acceso a la Justicia
2. Centro de Derechos Humanos de la UCAB
3. Cepaz
4. Comisión de Derechos Humanos de la Federación de Colegios de Abogados de
Venezuela, capítulo Mérida
5. Comisión de Derechos Humanos de la Federación de Colegios de Abogados de
Venezuela, capítulo Táchira
6. Democracia Siglo XXI
7. Fundación Aguaclara
8. Fundación Bengoa para la Alimentación y Nutrición
9. Fundación Cerrando Brecha
10. Gente del Petróleo, AC
11. Movimiento Vinotinto
12. Observatorio Venezolano de la Salud (OVS)
13. Positivos en Colectivo
14. Proyecta Ciudadanía, AC
15. Red Andina de Derechos Humanos
16. Sociedad Hominis Iura
17. Stop VIH
18. Un Mundo sin Mordaza
19. Una Ventana a la Libertad
20. Unión Vecinal para la Participación
Ciudadana, AC
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