Este
año 2017 se inicia con grandes expectativas. Ya existe un cronograma para que
los venezolanos escojan a sus gobernantes más cercanos, de acuerdo con lo
proyectado por el Consejo Nacional Electoral (CNE).
El
máximo organismo comicial y único rector de los procesos electorales, le dio al
país las fechas para realizar las elecciones de Gobernadores y de Alcaldes.
Esta
invitación a la participación es para todos los ciudadanos y ciudadanas que tengan interés en ejercer su opinión
política.
El
anuncio se hizo con tiempo para que los interesados tomen las previsiones
necesarias para garantizar el éxito en su participación.
Para
los que tengan dudas en relación a la convocatoria hecha por los rectores del
CNE, la página oficial es www.cne.gob.ve.
Lo
conveniente es afianzarnos en que se cumpla con ese cronograma y su legalidad.
Si todos los interesados, llámense
candidatos y candidatas de cada estado y cada municipio expresan
públicamente, en cada lugar o contexto, donde van a exponer su opinión en los
medios de comunicación, su motivación
será el motor para mantener activado lo inherente a cada proceso electoral.
Vivimos
momentos en que si cada candidato hace su máximo esfuerzo en las actividades
organizativas del padrón electoral, su plan de gestión, su campaña
electoral, proyectando el interés
supremo en el pueblo, tendrá las bases solidas para tener éxito.
El
que aspira a un cargo de representación popular debe tener gran sensibilidad
social, empeño en la búsqueda de alternativas para mejorar o solucionar los
problemas que agobian a las comunidades.
Los
lideres que aspiramos que gobiernen los próximos años, deben tener un perfil basado en los valores, la ética y la mística
al trabajo, así como el respeto y la
tolerancia.
Hemos
visto como muchos gobernantes han decepcionado a sus pueblos, usando la
mentira, el engaño, la trampa, la corrupción mostrada en sus pocas y pobres
obras.
Venezuela
esta urgida de encontrar líderes, con gran amor a sus pueblos, con una gran
dosis de honestidad, de entrega a la patria que nos vio nacer, de solidaridad y
de valor familiar. El país es la casa grande de todos, por la cual vale la pena luchar para
convertirla en una gran nación, que sea el orgullo que enaltezca a todas
nuestras generaciones.
Trabajar
con ahínco desde cualquier lugar que nos
encontremos para sacarla de la grave crisis que vivimos. Rescatar los valores
desde la base familiar, educando con amor a nuestros hijos y nietos. Dedicar el
tiempo necesario, sea poco o mucho, con calidad, dispuestos a escuchar y a
comprender lo que vive el otro y sin prejuzgar, colocarse en el zapato del otro
para que entendamos lo que está del otro lado, con opiniones certeras, sin
equivocaciones, respetando el derecho del otro.
Los
gobernantes deben reflexionar que el bienestar es para todos, no para pequeños
grupos o para beneficios sólo de sus familiares y amigos.
Venezuela
es muy noble en sus riquezas para que todos los venezolanos tengamos bienestar.
Dios nos dio tantos tesoros materiales para que vivamos todos bien. La escasez
es responsabilidad de cada gobernante, esté dónde esté, ellos son los culpables
por la poca disponibilidad a resolver los problemas.
La
esperanza de la patria está puesta en rescatar lo perdido. Somos un pueblo que siempre
vivió en abundancia, pero debe estar acompañada a los valores en la buena
administración de los recursos de todos.
La
anarquía y el desorden económico, debemos erradicarlos juntos, haciendo grandes
esfuerzo para lograr un equilibrio económico en donde todos ganemos. Si nos
integramos y logramos la unión, consolidaremos
las bases para tener una vida digna, con holgura para todos, como está en
el Universo concebido para cada venezolano, bendecido por toda la bondad que
Dios ha tenido con nosotros.
El
que haya pensado que el país se perdió, debe reflexionar y pensar que solo fue
una prueba que nos dio Dios para medir, en cada uno, el tamaño del compromiso
que se nos puso para rescatar y componer lo que creímos perdido.
Es
una responsabilidad que debemos abrazar todos, hacerlo parte de nuestra
cotidianidad, no ser indiferentes ante las adversidades y los problemas que nos
afectan a todos. Busquemos juntos rescatar la normalidad, seamos del sector
político que sea, en esencia, todos
somos venezolanos y por Venezuela vale la pena cuanto podamos hacer.
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